4 lecciones sobre relación de pareja que aprendemos bailando

Sí, hacen falta dos para bailar… pero también hace falta un poco de paciencia, vulnerabilidad, y… ¡práctica!

Bailar es siempre algo que nos ha encantado ver, y por ello muchos se siente cohibidos cuando asisten a una clase. Claro, muchas personas sienten un poco de vergüenza de bailar en público, pero a mucha gente lo  que más les preocupa es que son el tipo de persona a la que le cuestan las cosas nuevas e intentan ir sobre seguro. No estan seguras de si estas clases (o cualquier clase de baile) les va a gustar.

Pero al final, lo que consiguen de nuestras clases  no es sólo divertirse. Después de pasar un tiempo aprendiendo sobre clases de baile, aprenderéis a bailar si … pero también una cantidad sorprendente de lecciones de vida sobre cómo ser buena pareja. Porque, como seguramente hayas oído, para bailar hacen falta dos. Así que mientras, sí, aprendes los pasos, también aprendes a comunicarme mejor en las relaciones románticas.

1. No tengas miedo a que el otro te lleve

Una parte importante del baile es la de confiar en nuestra pareja, que lo va a hacer bien. Os alentamos a no tener miedo a dejar que vuestra pareja lleve el ritmo.

 Es difícil para algunas personas, aprender el papel de seguidor. Te hace sentir ciego, de alguna manera, a lo que viene a continuación, y un poco vulnerable. Pero en el baile, y en nuestras relaciones con nuestro otro significativo, es bueno dejar adrede que otra persona pueda tomar la iniciativa, y disfrute también.

2. Poner límites es algo bueno

Los bailes  que aprendemos tienen un paso estándar y un estilo rutinario. Mientras bailes dentro de esas directrices, todo va como la seda. Porque todos sabemos qué esperar del otro; hubo menos colisiones en la pista de baile y menos pies doloridos.

Al igual que las reglas del baile son importantes en el baile, los límites en una relación fomentan la salud y la autoestima. No tengamos miedo de establecer límites físicos, mentales y espirituales dentro de tu relación, también. Las relaciones son mucho más fluidas cuando tanto tu pareja y tu sabéis las expectativas de cada uno y los límites personales.

3. La comunicación es la clave

Cada danza que aprendes tiene «puntos de conexión»: la mano del hombre sobre la espalda de la mujer, la mano de la mujer en el hombro del hombre, y las manos del hombre y la mujer juntas en la posición estándar de baile.

Si no hubiera puntos de conexión y tensión entre esos tres puntos de conexión, no habría manera de que la mujer pudiera saber adónde el hombre está tratando de guiarla en el baile. En las relaciones románticas, si no hay puntos de conexión regulares en la forma de comunicación, puede resultar la misma confusión que en la pista de baile.

4. La paciencia es muy necesaria

Nadie en nuestras clases de baile es bailarín profesional. Muchas reímos durante una canción porque no podémos encontrar los ritmos adecuados. Muchos pies dolerán no sólo por el baile, sino también por los pisotones.

Pero estaba bien. Porque la paciencia es algo que a todo el mundo se le pide que traiga a cada clase. En una relación, la misma virtud es necesaria. Nadie tendrá la relación perfecta. Pero puedes aprender a ser mejor en la danza de las relaciones románticas con paciencia … y mucha y mucha práctica.

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